Santa Fe 2729 (entre las calles
T. A. de Anchorena y Laprida) donde supo funcionar un colegio de
señoritas y una galería comercial. En la actualidad se ha convertido en
un nodo de arte, diseño, talleres de oficios y producción de tendencias.
Erigido en una edificación de fines del siglo XIX, fue originalmente
hogar de una importante familia de la época, quienes a principios del
siglo XX donaron el espacio para que funcione allí la primera escuela de
mujeres de Latinoamérica: ‘El Liceo de Señoritas N° 1, José Figueroa
Alcorta’.
El edificio alojó al Liceo durante más de 70 años hasta que a fines de
los ’80, por cuestiones de capacidad, se mudo a un edificio vecino y el
predio se licitó. Una empresa recicló el espacio en una galería
comercial y los locales fueron vendiéndose a distintas personas.
Como galería comercial tuvo un breve período de éxito, desde el año 1991
hasta el 1994 aproximadamente, tiempo en el
que conflictos internos entre los distintos propietarios, y varios
juicios iniciados por un vecino aledaño, fueron el puntapié de un lento
y prolongado abandono. Durante casi 15 años, las deudas de todo tipo se
incrementaron y fueron embargados todos los locales. Los conflictos
internos aumentaban, la basura se acumulaba en espacios comunes y muchos
locales fueron ilegalmente ocupados. En el barrio se la empezó a llamar
la ‘Galería Fantasma’ o ‘Galería del Terror’.
A principios del año 2006, un joven abogado, Hernan Taraman, conoció al
lugar y se aventuró en la adquisición de un local en la Galería. Empezó
por un local y fue comprendiendo la soledad de esa acción en el contexto
general en el que se encontraba. Fue adquiriendo pacientemente varios
locales hasta llegar a una mayoría que le permitiese tomar decisiones y
poner fin a las disputas internas.
A inicios de 2009, un equipo de abogados concluyó exitosamente con los
juicios,
una administración ordeno los números y, con Hernán Taramán al frente se
consolidó un equipo de trabajo conformado por con una joven arquitecta
(Laura Abate), un especialista en obra (Antonio Varela) y dos jóvenes
entusiastas (Beto y Rodrigo).
"Una comunidad de productores totalmente dedicada al arte y al diseño
contemporáneo”"
En período anterior a que se iniciaran las obras de reconstrucción del
espacio, dos proyectos pioneros se habían instalado y comenzarían a
perfilar el espíritu del lugar: Nicolás Barraza había montado su estudio
de diseño y Marina Alessio una librería especializada en arte. Juntos
fundaron la galería de arte contemporáneo Mite y se rodearon de artistas
emergentes que fueron acercándose al espacio, atraídos por la ubicación,
las reformas, la arquitectura
y el entusiasmo de saber que algo nuevo se estaba gestando en aquel
lugar. Pocos meses más tarde distintos curadores, artistas y diseñadores
como Herminda Lahitte, Fernanda Laguna, Natalia Hojman, Gio Cavana,
Gabriel Grinshpan y Marina Callis, entre otros, apostaron al legado de
estos primeros emprendimientos y fundaron nuevos proyectos que conforman
al Patio del Liceo como una comunidad de productores y artistas
totalmente dedicada al arte y al diseño contemporáneo.
Galería Patio del Liceo es hoy un punto de encuentro en el mapa cultural
de la ciudad de Buenos Aires, dispuesto a recibir nuevamente a la
comunidad de vecinos y abierto a todos aquellos que quieran atravesar un
mundo de experiencias y conocer con alegría el eclecticismo de los
proyectos y actividades que aquí conviven.
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