Martes 17 de Abril
de 2012
La agonía terminó.
Cristina Fernández de Kirchner firmó la sentencia de
muerte de Ypf-Repsol. La presidenta del Gobierno envió
el proyecto de ley de expropiación de Ypf al Senado y,
en simultáneo, intervino una compañía que,todavía, no es
suya.
La decisión, postergada desde el jueves, se concretó al
mediodía. El texto, contempla la nacionalización del 51%
de las acciones. Todas saldrán de Repsol dejando a la
empresa con apenas un 6%. Se trata de una expropiación
parcial y seleccionada. Algo insólito y sin precedentes.
No obstante, deberá, «ser aprobado por las tres cuartas
partes del Senado. La misma proporción que se necesita
para una reforma constitucional», anunció la presidente.
Los dueños a partir de ese momento de Ypf serán el
Estado nacional y las diez provincias petroleras.
Los pasos
Rodeada
de medio Gobierno y aclamada en vivo por las juventudes
kirchneristas que se agrupan en La Cámpora, Fernández
declaró de utilidad e interés público el 51% de YPF, y,
en simultáneo, difundió un Decreto de Necesidad y
Urgencia que interviene YPF, desplaza a la directiva y
coloca en su lugar a los ministros de Planificación,
Julio De Vido y al viceministro de Economía, Axel
Kicillof.
Esta medida comenzó a materializarse ayer por la tarde
cuando efectivos de seguridad comenzaron el desalojo de
miembros de Ypf en sus oficinas de Buenos Aires. El
escenario resulta difícil de entender ya que el DNU
(Decreto de Necesidad y Urgencia) tendría que entrar en
vigor una vez publicado en el BOE. En palabras de un
jurista iberoamericano, «entraron en casa ajena por
cuenta propia».
Con la brújula apuntando a Cuba, «En Venezuela al menos
te pagan lo que vales», observan en Ypf, Cristina
Fernbández aseguró que el objetivo de esta serie de
medidas apuntaba, a «la recuperación de la soberanía
hidrocarburífera de Argentina». En ese contexto, la
virtual ocupación de la empresa la justificó con una ley
de la última dictadura militar. El precio, clave de este
proceso, lo decidirá el Gobierno a través de otras
instancias.
A lo largo de su intervención la presidenta de Argentina
responsabilizó a Ypf –que controla el 30% del sector- de
la crisis energética que atraviesa el país, le reprochó
haber repartido muchos dividendos en los últimos años,
así como no haber invertido suficiente y mostró un
gráfico que comparó, con malicia real, con «la trompa de
un elefante».
La defensa de la privatización
«Él
–en alusión a su difunto marido- siempre soñó con
recuperar Ypf para el país». La afirmación contradice
los hechos de su marido y los suyos propios. En 1992
cuando Néstor Kirchner era gobernador de la patagónica
provincia de Santa Cruz, él y ella desde su escaño de
legisladora, fueron de los políticos más activos en la
defensa de la privatización de YPF. Repsol no entraría
hasta el 1999.
En este conte
xto Fernández apuntó contra el Gobierno
español al recordar el caso de Aerolíneas Argentina –reestatizada
por un peso- como, «uno de los vaciamientos más
escandalosos de la historia, del que nos tuvimos que
hacer cargo».
Preguntó si, entonces, alguien del Gobierno español
había escuchado una queja de Argentina. También recordó
el procesamiento de Gerardo Díaz Ferrán y dijo que de
sus labios nunca, salió «una palabra destemplada,
impropia o fuera de lugar hacia alguna autoridad de un
Gobierno extranjero».
Abrazada a la bandera del nacionalismo Fernández de
Kirchner dijo que Ypf y el resto de las empresas que
operan en territorio argentino, «son empresas argentinos
aunque los capitales sean extranjeras». En su diatriba
contra España lanzó un mensaje para navegantes al citar
a Telefónica. No obstante, aseguró el futuro de las
inversiones extranjeras que cumplan: «Tengan la certeza
de que vamos a seguir trabajando codo a codo».
Máxima tensión
En
respuesta a las acusaciones de que una medida como la
adoptada estaba fuera de los acuerdos y violaba la
legislación internacional y la propia argentina, se
defendió: «Seguimos funcionando de acuerdo a la ley de
sociedad privada».
En un escenario de máxima tensión y complejidad Kirchner
lanzó un cable a futuros socios: Petrobras (compañía
semi estatal de Brasil) y la venezolana PDVSA. Con ésta
última Argentina, a través de Enarsa, la petrolera
estatal creada por Kirchner, ya tiene negocios pero,
curiosamente, no dispone de ninguna infraestructura ni
desarrolla exploración de hidrocarburos de ninguna
naturaleza.
El anuncio de Cristina Fernández de Kirchner se produjo
antes del desembarco de una comisión de la Unión Europea
que aterrizara este jueves en Buenos Aires. Para
justificar la medida, la presidenta de argentina citó
países donde las petroleras eran estatales o sociedades
mixtas: «no estamos inventando nada» dijo. «Las claves
–de la expropiación- están en la distribución de
dividendos y la no inversión» de Ypf.
Los «motivos más fuertes», apuntó, fue la «política de
vaciamiento, no exploración y no producción». A su
juicio, de no expropiar Ypf, «seríamos un país inviable
por políticas empresariales y no por falta de recursos».
Ypf rechazó estas acusaciones y recordó estos días que
la compañía había invertido 20.000 millones de dólares,
«tres veces más» que la siguiente petrolera.
Resulta paradójico que el anuncio no incluyera la
expropiación de otras compañías petroleras. La elegida,
una crónica anunciada, era Ypf. De nada sirvieron las
gestiones diplomáticas o la defensa en bloque de la
Unión Europea, España, Estados Unidos y buena parte de
los países que participaron este fin de semana en la
Cumbre de las Américas, entre estos Colombia, México y
hasta Brasil.
Fuente: Diario
Digital ABC / España.