El Teatro Colón
de la ciudad de Buenos Aires es considerado uno de los mejores teatros del
mundo. Reconocido por su acústica y por el valor artístico de su construcción,
cumplió 100 años en 2008.
El actual edificio está emplazado entre Cerrito, Viamonte, Tucumán y Libertad,
en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, y fue inaugurado el 25 de mayo de
1908 con la ópera Aida de Giuseppe Verdi. Este edificio reemplaza al antiguo
Teatro Colón, erigido en la manzana que ocupa hoy el Banco Nación, frente a la
plaza de Mayo, y que funcionó entre 1857 y 1888.
La construcción del nuevo edificio llevó alrededor de 20 años, siendo colocada
su piedra fundamental el 25 de mayo de 1890, con la intención de inaugurarlo
antes del 12 de octubre de 1892 en coincidencia con el cuarto centenario del
descubrimiento de América. El proyecto inicial fue del arquitecto Francesco
Tamburini quien, a su muerte en 1891, fue continuado y modificado por su socio,
el arquitecto Víctor Meano, autor del palacio del Congreso Argentino. Las obras
avanzaron hasta 1894, pero se estancaron luego por cuestiones financieras. En
1904, Meano fue asesinado en su casa y el gobierno encargó al belga Jules Dormal
que termine la obra. Dormal introdujo algunas modificaciones estructurales y
dejó definitivamente impreso su sello en el estilo francés de la decoración.
A fines de 1907 se firmó el primer contrato de arrendamiento del Teatro Colón,
aunque los trabajos de terminación del edificio estaban atrasados en relación
con la fecha fijada para la inauguración de la sala, el 25 de mayo de 1908. De
todas maneras, en esa fecha se llegó a realizar la primera función en la sala
principal del Teatro Colón a cargo de la Gran Compañía Lírica Italiana con la
ópera Aida de Giuseppe Verdi, aunque con algunas dependencias del edificio
inconclusas como el Salón Dorado y las marquesinas de hierro sobre las calles
Libertad y Cerrito.
Dimensiones físicas, características, ampliaciones y reformas del edificio
El edificio, en un estilo ecléctico propio de principios del siglo XX, abarca
8.202 metros cuadrados, de los cuales 5.006 corresponden al edificio central y
3.196 a dependencias bajo nivel del pasaje Arturo Toscanini (aledaño al edificio
del teatro, paralelo a la calle Viamonte). La superficie total cubierta del
edificio antiguo es de 37.884 metros cuadrados. Las ampliaciones realizadas
posteriormente, sobre todo las de finales de la década de 1960 (arquitecto Mario
Roberto Álvarez), sumaron 12.000 metros cuadrados, llevando la superficie total
del Teato Colón a 58.000 metros cuadrados.
La sala principal, en forma de herradura, cumple con las normas más severas del
teatro clásico italiano y francés. La planta está bordeada de palcos hasta el
tercer piso. La herradura tiene 29,25 metros de diámetro menor, 32,65 metros de
diámetro mayor y 28 metros de altura. Tiene una capacidad total de 2.478
localidades, pero también pueden presenciar los espectáculos alrededor de 500
personas de pie. La cúpula, de 318 metros cuadrados, poseía pinturas de Marcel
Jambon, que se deterioraron en los años treinta. En la década de 1970 se decidió
pintar nuevamente la cúpula y el trabajo le fue encargado al pintor argentino
Raúl Soldi.
El escenario posee una inclinación de tres centímetros por metro y tiene 35,25
metros de ancho por 34,50 de profundidad, y 48 metros de altura. Posee un disco
giratorio de 20,30 metros de diámetro que puede accionarse eléctricamente para
girar en cualquier sentido y cambiar rápidamente las escenas. En 1988, se
realizaron trabajos de modernización de la maquinaria escénica en el sector de
las parrillas, con el fin de facilitar el manejo de los decorados y agilizar los
cambios de escena.
El foso de la orquesta posee una capacidad para 120 músicos. Está tratado con
cámara de resonancia y curvas especiales de reflexión del sonido. Estas
condiciones, las proporciones arquitectónicas de la sala y la calidad de los
materiales contribuyen a que el Teatro Colón tenga una acústica excepcional,
reconocida mundialmente como una de las más perfectas.
Artículo
atemporal. Esta sección se ha abierto a los efectos de mostrar ciertas postales
de Buenos Aires, que merecen ser destacadas. Algunos textos evidencian fechas
pues responden a coberturas realizadas por este Diario. Otras no se observan
pues el fin es dar a conocer ciertos sitios de contenido educativo y turìstico.