Domingo 16 de Octubre de 2011
El Petiso Orejudo
“El petiso
orejudo” nos presenta la historia de Cayetano Santos Godino (famoso
asesino serial de niños en Argentina) desde diferentes puntos de vista.
La obra de Julio Ordano propone desde la entrada misma al teatro, una
mística especial: se reparte un “Extra!” un comunicado policial que hace
poner en contexto al público y crea un clima propicio para relacionarse
con los diferentes personajes.
La plasticidad artística de Marcelita Chiesa, interpretando el dolor de
varias madres ante la tragedia de los hijos asesinados, conmueve en
profundidad a la vez que relata el episodio particular de cada hecho
policial.
Porque cada niño asesinado no era un número más, sino un sujeto con una
vida singular, única, y la creatividad del director de “El petiso
orejudo” hace de un dolor, muchos, y de muchos, uno, sin perder lo
característico de cada caso.
Es en ese sentido que la obra nos muestra muchas alternativas para
pensar un hecho: el asesino serial es un fenómeno a investigar, y los
avances científicos de la época (que ahora pueden parecernos
retrógrados) nos invitan a reflexionar sobre la perversidad, no sólo a
través de la interpretación excelente de Pablo Juan, como Cayetano
Santos Godino, sino del papel del Estado, sus funcionarios, sus legos.
Se destaca las múltiples actuaciones de Facundo Blanc, que recortan
actos diversos que conforman el contexto y es allí donde el público
encontrará (o al menos tratará) de hallar sentidos.
La escenografía y la musicalización nos trasportan a Ushuaia y a la
cárcel donde “El petiso orejudo” pasa sus eternos días. Los personajes y
sus cambios, delatan el paso del tiempo pero también algo de lo que es
siempre igual y no cambia.
El discurso del que el actor Pablo Juan, se vale, (además del estilo y
forma especial) para darnos a conocer a Cayetano Santos Godino, nos
acerca íntimamente a esa misteriosa persona que fue capaz de hacer lo
que hizo, teniendo 15 años; alguien perverso que gozaba sintiendo el
poder de poner a los niños en el lugar de objetos, que tenía la certeza
delirante, que ellos le pedían (como aquellos animalitos que él
asesinaba de niño) que acabara con sus sufrimientos, que los matara,
casi como si Cayetano fuese un salvador de estos niños asesinados.
Pero, la perversidad que nos muestra “El petiso orejudo” en toda su
manifestación actoral, nos vincula con la perversidad de un sistema
carcelario, médico, jurídico, familiar y social de la época, que hace de
una persona enferma, un fenómeno a investigar, mutilar y condenar como
un objeto, también.
Es una obra para comprender lo histórico del hecho, y más allá de las
diferentes posiciones morales y éticas que puedan surgir de tan
conmocionante hecho; uno puede, mientras dura la representación,
suspender su juicio y elevarse a contemplar la original versión que nos
presenta Ordano.
La obra està presentada por Araca Grup.
Ha sido escrita por Julio Ordano y se puede ver los dìas Viernes a las
22 hs en el teatro IFT: Boulogne Sur Mer 549 . |